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lunes, 24 de diciembre de 2012

Pedro Sainz Rodríguez (1898-1986)

Considerado como uno de los impulsores en la creación del partido monárquico Bloque Nacional, ocupa la cartera de Educación en el primer Gobierno de Franco y es uno de los promotores en la fundación del Instituto de España

Filósofo y político madrileño, pasa a ocupar la cartera de Educación durante el primer Gobierno de Franco, el 30 de enero de 1938.

La política no le viene de nuevas. Ha sido diputado monárquico en las Cortes (1931,1933 y 1936), y se le considera uno de los impulsores en la creación del partido monárquico Bloque Nacional, con el cual se presenta en los comicios de 1936. Durante la Guerra, actúa de intermediario entre el Gobierno de Franco y la Italia de Mussolini. De hecho, cuando se produce el alzamiento se encuentra en Burgos, y Mola le envía a Roma para conseguir aviones que transporten a las tropas africanistas a la Península.

Sin embargo, antes de ser político y ministro, Sainz Rodríguez (Madrid, 1898) ejerce de estudioso y académico. Su figura está relacionada con algunos de los escritores más relevantes de la literatura española, como Valle-Inclán, Leopoldo Alas Clarín o Menéndez Pelayo. La relación de Sainz Rodríguez con el entorno literario asciende con la creación de la Compañía Iberoamericana de Publicaciones, un proyecto editorial que se pone en marcha en 1928. De comenzar como una modesta editorial española pasa a erigirse en uno de los grandes grupos editoriales de la época. Sainz Rodríguez dirige la empresa dándole un nuevo empuje y convirtiéndola en una especie de monopolio de la literatura de derechas que se autoprotege editando también a autores heteredoxos e izquierdistas. Gracias a ello, entra en contacto con Valle-Inclán.

Su llegada al Gobierno de Franco, como ministro de Educación 10 años después, no supone un cese en sus compromisos con la Universidad o la Literatura. Destaca su propuesta en la creación del Instituto de España, donde ocupará la vicepresidencia. A pesar de la diversidad de tendencias políticas implicadas en el proyecto, Sainz Rodríguez se presenta como la persona idónea para mediar entre las posiciones más irreductibles del alfonsismo de Vegas Latapié y el falangismo de Serrano Suñer.

Dos campos que se ven favorecidos con la llegada de Sainz Rodríguez a la cartera de Educación son la Filosofía y la enseñanza media -septiembre de 1938-, con la entrada de nuevas materias y planes de estudio, eso sí, no exentos de polémica por los organismos culturales de la época.

Al finalizar el conflicto, Sainz Rodríguez abandona el Ministerio y se traslada a Portugal, donde ejerce de consejero de Don Juan de Borbón. Durante su exilio, motivado por las diferencias que mantiene con Franco, se dedica a la investigación, con la publicación de obras como La mística española (1956) o Espiritualidad española (1961). En 1979, lee su discurso de ingreso en la Real Academia Española, de la que es miembro desde 1938, y en 1985 hace lo propio en la Academia de la Historia, falleciendo un año después en Madrid.

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