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domingo, 21 de julio de 2013

Parte de Guerra Republicano (21 de julio 1936),

Alzamiento Nacional.

Por noticias oficiosas se sabe que en Toledo ha mejorado tanto, que se considera casi por completo dominada. Sólo queda un pequeño foco, al cual se le ha invitado para que se rinda. Caso de no hacerlo será bombardeado.

En Segovia, los sublevados, batidos eficazmente por las fuerzas leales y por las milicias, se han refugiado en el Alcázar, por creer, sin duda, que la Aviación no bombardeará para no destruir aquella joya arquitectónica. Se los ha intimidado para que se rindan, y se les ha anunciado que, en caso de no hacerlo, sin contemplación de ninguna clase, será cañoneado y bombardeado por la Artillería y la Aviación el reducto donde se han refugiado. Si así ocurriera, la aviación procuraría causar los menores daños posibles.

La sublevación de Alcalá ha quedado totalmente dominada. La columna de fuerzas leales y de milicianos que salió de Madrid continuó su marcha hacia Guadalajara sin encontrar resistencia alguna. Los núcleos dispersos por las carreteras, de fuerzas rebeldes, son perseguidos y detenidos.

En Sevilla también ha mejorado la situación. A los elementos rebeldes les falta gasolina por haber caído en los depósitos de la base de Tablada una bomba que los ha incendiado.

En Badajoz, el Regimiento de Castilla, al grito de ¡Viva la República!, y aplaudido clamorosamente por el pueblo, hizo una salida para reducir los pequeños focos que había en los alrededores de la capital.

A las tres y media de la tarde

La moral del pueblo español, que se ha lanzado unánime con las armas en la mano a defender y conquistar la libertad, es cada día más alta. Como un detalle significativo entre la moral de los defensores y la de los traidores a la Patria y al honor que con ella tenían empeñado, conviene hacer resaltar que en los diferentes encuentros habidos entre los rebeldes y los adictos al Gobierno, entre los primeros hay muchos muertos, y entre los segundos las bajas son, afortunadamente, sólo de varios heridos que no revisten gravedad. Teniendo en cuenta que las fuerzas rebeldes son militares organizados y con una constante instrucción en el tiro, hubiera sido de esperar todo lo contrario, y sólo se explica lo sucedido por la falta de moral y fe entre aquellos que defendiendo una causa injusta se han levantado en armas contra la República.

Los esforzados defensores de la libertad, estos ya gloriosos milicianos nacionales, han puesto en el punto de mira de sus fusiles el corazón encendido en fervor republicano y ello ha sido la causa que ha producido el efecto de que sus tiros fueran certeros.

Noticias oficiosas confirman el aplastamiento del foco rebelde que en no muy grande proporción se había presentado en Alcalá. Los fascistas fueron materialmente barridos por la columna mandada por el coronel Puigdengolas. La vitoria de las fuerzas leales y de las milicias del Frente Popular ha sido brillante y completísima. Todo su material de guerra ha caído en manos de las tropas del Gobierno. Estas han hecho prisioneros a casi todos los rebeldes, jefes y oficiales inclusive.

A las seis y media de la tarde

Los insurrectos de El Pardo, batidos por las tropas leales unidas a las milicias del pueblo, han huido; pero no como corresponde a quienes prometieron fidelidad al Poder constituido y derramar su sangre en defensa de la Patria, sino como vulgares traidores de su palabra, de sus promesas y de su honor. Prueba de ello es que quienes, en un momento de insensatez se creyeron capaces de batir la inexpugnable fortaleza que el Gobierno del Frente Popular erigió para regir los destinos de España, no se han conformado con huir. Al huir han dejado como última huella de su traición la sangre de cinco carabineros leales sobre la tierra de El Pardo.

Al conocerse en Madrid la derrota de los traidores, el júbilo ha sido inmenso, como inmensa la indignación del pueblo al saber el asesinato de los cinco valientes carabineros; cinco más entre los heroicos defensores de la República, víctimas de la reacción fascista. ¡Muera el fascismo! ¡Viva la República!

Se reciben noticias de fuente autorizada que demuestran la honda impresión que ha producido en los elementos rebeldes las últimas noticias de las fuerzas leales.

En Sevilla se acentúa la desbandada de los elementos que siguen al ex general Queipo de Llano. Algunos de los fugitivos que han llegado al barrio de Triana dieron cuenta de la consternación producida entre los facciosos por el decisivo aplastamiento de la insurrección en Madrid. Tanto Queipo de Llano como Franco habían asegurado a sus seguidores que la toma de Madrid por los rebeldes era segura e inevitable. Por eso, al saber la rápida y magnífica victoria de las tropas leales y de las milicias, ha crecido en proporciones enormes el pesimismo que invadía a los jefes traidores. El temor de éstos ha crecido al saber que el Cuartel de la Montaña fue batido por la artillería y la aviación. Los altos jefes de la rebelión fascista en Sevilla temen que los abandonen aquellos a quienes engañaron, por lo cual llevan consigo constantemente una guardia de fascistas vestidos de uniforme,

Al terrible efecto moral que produjo a Queipo de Llano y sus amigos el desastre de Madrid se ha unido la noticia de la muerte del general Sanjurjo, cuya llegada esperaban con ansiedad los cabecillas rebeldes. Al principio no lo creían, pero han tenido que convencerse, y el hecho ha avivado en todos ellos la convicción del próximo desastre que les aguarda. Se ha montado un servicio especial de vigilancia para impedir que deserten en masa los soldados, a quienes se retienen con amenazas continuas; pero a pesar de eso continúan las deserciones.

La hazaña del capitán Rexach con su avión causó a los enemigos de la República un efecto indescriptible, pues no esperaban un ataque aéreo, ya que los jefes para animar a sus seguidores, afirman que el Gobierno de la República no podría emprender contra ellos un ataque de aviación.

Aseguraban los fugitivos que los caudillos de la sedición duermen en los sótanos de los edificios por temor a los bombardeos aéreos. Asimismo dicen que ha llenado de inquietud a dichos cabecillas al ver que no les pueden mandar desde Marruecos el hidro que querían tener preparado para huir a Portugal en cuanto fracasara su criminal intento.

Tanto los jefes como los oficiales facciosos se han cuidado de requisar para sí gran cantidad de provisiones que tienen almacenadas y custodiadas junto con una buena provisión de vinos y licores. En cambio, la alimentación de las tropas rebeldes es muy deficiente.

El general Riquelme comunica desde Toledo que ha logrado reducir a los rebeldes, quienes en su huida se han refugiado en la Academia de Infantería.

Dado el reducido número de los insurrectos del Alcázar comunica el general Riquelme que de un momento a otro tendrán que retirarse.

Al conocerse por nuestras emisiones la noticia de las victorias obtenidas hoy por las fuerzas leales de toda España, se han dirigido al Gobierno multitud de telegramas de felicitación.

Verdaderamente ha sido muy fructuoso el día de hoy para la causa de la República. Con gran rapidez se ha aplastado la rebelión en sitios de gran importancia como son Almería y Gijón y se han yugulado los focos rebeldes de Alcalá y El Pardo. La entrada del general Riquelme en Toledo, donde arrolló a los cadetes recluyéndolos en el Alcázar, permite suponer que el aplastamiento de los rebeldes es cosa inminente,

Los telegramas de felicitación dirigidos al Gobierno señalan el hecho verdaderamente ejemplar de que los facciosos son batidos en todos los sitios en que se dirige la ofensiva del Gobierno, realizada con elementos cada vez más poderosos, en contraste con el decaimiento de que dan cuenta los traidores sublevados. Es unánime el testimonio de admiración pública a las fuerzas leales y a las milicias del Frente Popular, que en todas partes rivalizan en bravura y entusiasmo.

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