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sábado, 26 de julio de 2014

Alcázar de Velasco, Ángel (1909-2001)

Escritor que, en su juventud, fue mozo de taberna, aprendiz de torero, matador de novillos, periodista, conspirador -en 1932, participó en la sublevación de Sanjurjo en Sevilla- y falangista de «primera hora», al que algunos historiadores acusan de ser uno de los autores materiales del asesinato del teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo, hecho que el propio Alcázar de Velasco niega en su libro Los 7 días de Salamanca (G. del Toro, M-, Madrid, 1976), en el cual explica cómo no fue culpa suya el no haber participado en dicho atentado. 

En julio de 1936 se hallaba preso en la cárcel de Larrinaga, Bilbao, por delitos contra la II República como por su labor de pistolero de la Falange. Allí es desde donde vive Alcázar de Velasco el levantamiento del ejército sublevado el 18 de julio de 1936. Cuando lo iban a trasladar, se fuga de la prisión huyendo a zona nacional, donde se pone a las órdenes del Jefe Nacional de Prensa Cadenas, volviendo a ejercer el periodismo.

En 1937 viaja a Salamanca como corresponsal en el frente para una entrevista con Manuel Hedilla, Jefe Nacional de la Falange, quien trataba de conseguir apoyos frente a aquellos que se sentían con más derechos por haber sido más cercanos a José Antonio Primo de Rivera. Hedilla convocó el Consejo Nacional de FE de la JONS con la intención de forzar su elección como jefe nacional. Esto provocó que la situación en Salamanca se dividiera en dos bandos, los partidarios de Hedilla, apoyados por los alemanes y el que comandaban Agustín Aznar, Sancho Dávila y Rafael Garcerán, los tres miembros de la Junta Política, y que formarían un triunvirato que se haría cargo de la dirección de partido. 

Además desde el cuartel general de Franco se insta a rumores para destruir y desprestigiar a ambas facciones, para luego, más tarde acudir como salvadores. Lo que se pretendía era aprovechar el vigor de FE para forzarla a su unificación con la Comunión Tradicionalista, esto supondría la ruina de ambas fuerzas. Según cuenta en sus memorias, Alcázar de Velasco, esto lo intuye y por ello propone, al menos en dos ocasiones, el asesinato de Franco.

En una refriega sucedida unos días más tarde, murieron dos falangistas, Peral y Goya, y  Franco pasa a ocupar el mando superior nombrado por el Cuartel General con el fin de unificar el bando Nacional y evitar una guerra interna. Alcázar es detenido por la participación en los hechos, juzgado por “rebelión militar” y condenado a cadena perpetua.

"Según el artículo 328 número 2 del Código de Justicia Militar comenten el delito especifico de adhesión a la rebelión los que propalen noticias o ejecuten actos que puedan favorecerla, y hay en esta Causa sobrados elementos de juicio...los individuos citados...eran capaces de y suficientes para quebrantar y lesionar la unidad de mando y la sagrada unión de espíritu y acción en la España Nacional..."

Después de pasar por varias cárceles, acaba en el Fuerte de San Cristóbal, Pamplona. Allí se vio envuelto en una de las mayores fugas de presos republicanos de la Guerra Civil, de la que sale victorioso, ya que huye a Pamplona para dar aviso. Así se le redujo la pena a tan sólo dos años.

En enero de 1940 lo nombran jefe de prensa del Instituto de Estudios Políticos en Madrid gracias a su amistad con Ramón Serrano Suñer. Alcázar decide hablar con el embajador británico Samuel Hoare, presentándose como un falangista radical antifranquista con ideas contrarias al régimen de Franco, así en verano de 1940 viaja en persona a Londres. Donde llegó en calidad de agregado de prensa a la embajada española en Londres.

Agregado de prensa de la bajada de España en Londres y, al parecer, espía durante la Segunda Guerra Mundial. Autor entre otros libros, además del citado, de Serrano Suñer en la Falange (con prólogo de Antonio Tovar); Ed. Patria, Barcelona-Madrid, 1941, y Ed. Planeta, Barcelona, 1977.

"Consigna: Matar a Jose António: Crónica de una Traición", Manuel Barrios Gutiérrez
"Madrid, Londres, Berlín: Espías de Franco al servicio de Hitler", Javier Juárez
"Serrano Suñer: conciencia y poder", Ignacio Merino

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