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sábado, 30 de agosto de 2014

Alonso González, Bruno (1888-1977)

Político socialista -amigo personal de Indalecio Prieto-, elegido diputado a Cortes por el PSOE en 1931, 1933 y 1936 (Santander). Durante la Guerra Civil prestó apoyo a la causa republicana, siendo designado, a finales de 1936, comisario general de la flota, cargo que desempeñó hasta que finalizó la contienda. A lo largo de su mandato, y a falta de otros aciertos -era lego en cuestiones navales-, consiguió reimplantar la disciplina en la Marina republicana, muy relajada desde los primeros momentos del conflicto. En los últimos días de la  guerra desempeñó un importante papel en la decisión gubernamental de internar dicha flota en el puerto de Bizerta (Túnez). A continuación se exilió a México, donde escribió algunos libros sobre temas de historia española contemporánea: La flota republicana en la guerra civil española (Memorias de su comisario general); El proletariado militante; Los últimos momentos de la guerra civil de España; etc. 

V. Cortes republicanas; Marina de guerra republicana

Bilbao, de España

Bilbao es ya de España. Solo un Ejército como el nacional, podía llegar a la conquista de Vizcaya y a la toma de Bilbao, con la rapidez y la seguridad que nuestro Ejército lo ha hecho. 

Enorgullécete de ser español. Y ten en esta hora, elevado tu espíritu, propicio el corazón al regocijo por la victoria. 

Nuestra causa, es la causa de la Patria. Al frente de nuestras ansias, como bandera que tremola al aire del triunfo, hay un nombre. FRANCO. EL ES NUESTRO CAUDILLO. Enorgullecete de ser español. 

Pon en tus labios dos cosas: Un grito por España, y una oración por los caídos. Que tu alma se funda en esos dos nobles anhelos. 

Nuestra causa es la causa de la justicia. Ante el mundo defendemos la tradición, la hidalguía, la gloria y la inmortalidad de nuestro pueblo. Causa semejante, no puede sucumbir. Prevalecemos sobre la sinrazón y el crimen. 

Está en nuestras manos la siembra fecunda por la España del Imperio. Y hemos entrado gozosos en la gran tarea, orgullosos de ella. La unidad de España, nos demanda una firmeza sólida en el empeño. En nuestras manos quedarán pulverizados los gérmenes separatistas. 

España unida e inmortal .Sueño de realidades de Fernando e Isabel. ¡Bilbao es de España!. ¡Con cuanta ilusión voceamos a todos los vientos, la gran noticia victoriosa y alegre! 

Enorgullécete de ser español. Por hoy y para siempre. Que el horizonte siga abriendo caminos triunfales en nuestra ruta. También es la hora del recuerdo emocionado para el general que murió llevando a España dentro del pecho. Hemos nombrado a Mola. Le evocamos en este instante en que Vizcaya es de la Patria, y en que nuestras fuertes manos la retienen para nunca más dejarla ir. 

Que su memoria nos acompañe en las victorias decisivas. Que su vida de guerrero y patriota, nos ilumine y nos llene de claridad. Enorgullécete de ser español. Grita por España, con un grito lírico de emoción temblorosa y estremecida. 

Que sea nuestro grito de ahora, el que siempre nos acompañe, y nos guíe, y nos llene el alma de resonancias y de ecos de leyenda. 

¡VIVA EL EJÉRCITO!
SALUDO A FRANCO
¡ARRIBA ESPAÑA!

Azul : órgano de la Falange Española de las J.O.N.S. Año II Número 224 - 1937 junio 20

Sancho Dávila, elogio de la lealtad

Porque eres leal a España, Sancho Dávila, camarada dilecto, celebremos que tu nombre vaya ahora, como siempre, unido al alto mando falangista de Andalucía.

Porque eres leal a España. Porque la sientes dentro de tu alma, como un alegre vitor paso a paso, en la cruzada hacia el Imperio, que emprendimos todos, con buena voluntad y firmeza de españoles.

Leal a España. Ese pudiera ser el lema de tu escudo. Ese pudiera ser tu blasón más preciado, la insignia que hermanase junto al yugo y las flechas, sobre tu camisa azul.

Sancho Dávila, camarada dilecto. Lo mismo que con el brazo en alto, también puesto en alto, te saludo nuestro corazón.

¡POR LA PATRIA, EL PAN Y LA JUSTICIA! ¡ARRIBA ESPAÑA!

Azul : órgano de la Falange Española de las J.O.N.S. Año II Número 224 - 1937 junio 20

viernes, 29 de agosto de 2014

Alonso y Fernández de las Redondas, Dámaso (1898-1990)

Doctor en Filosofía y Letras, licenciado en Derecho, filólogo y poeta madrileño perteneciente a la llamada «generación del 27». Discípulo de Ramón Menéndez Pidal y catedrático en diversas universidades españolas y extranjeras. Autor de numerosos libros: La lengua poética de Góngora, Estudios y ensayos gongorinos, Poesías, Tragicomedia de Don Duardos, La poesía de San Juan de la Cruz, etc. Durante la Guerra Civil permaneció en zona republicana, medio oculto en un convento «vacío de monjas, huidas o presas» -en expresión de Carlos Rojas (Retratos antifranquistas, Ed. Planeta, Barcelona, 1977)-, hasta que concluyó la contienda, lo que no le impidió estar en contacto con la mayoría de los intelectuales pro republicanos, que conocían su situación. 

jueves, 28 de agosto de 2014

Alonso de Drysdale, Soledad (1899-1971)

Nacida en el seno de una familia muy humilde, encuentra en la emigración la salida natural a los problemas económicos familiares. En Francia realiza diversos trabajos al mismo tiempo que cursa estudios nocturnos en el Instituto Bergerac. Hacia 1928 fija su residencia en Argentina, país en el que conoce al que sería su marido, el industrial de origen inglés Eric G. Drysdale. Transcurridos unos años, queda viuda con una saneada situación económica y una buena posición social. En los años treinta inicia una intensa actividad de solidaridad y ayuda a los sectores de población más desfavorecidos, especialmente niños y ancianos. Su actividad filantrópica la desarrolló tanto en la provincia de Buenos Aires como en España, ayudando a los huérfanos de la Guerra Civil mediante campañas de recogida de fondos entre la población argentina.

En los años cuarenta se intensifica notablemente su actividad filantrópica. Unas excelentes relaciones con los dirigentes políticos del franquismo, junto a una disposición natural para prestar su apoyo económico en todas aquellas causas que lo necesitaran, dieron como resultado una incesante serie de actuaciones destinadas a paliar la precaria situación por la que atravesaba la población española de estos años. Los asilos y orfanatos fueron las instituciones que recibieron mayoritariamente su atención. El municipio de Gádor, su pueblo natal, fue especialmente merecedor del interés de este personaje. La vivienda, la sanidad, la educación, son algunos de los aspectos que se vieron favorecidos merced a su intervención. Ciudades o poblaciones como Granada, Málaga, Córdoba, Almería y Gádor la nombraron hija adoptiva y predilecta por su intensa y desinteresada labor de ayuda a los demás.

V. Argentina, República (su actitud frente al problema de la guerra civil española)

http://www.dipalme.org

Almoguer Martínez, Romualdo

Teniente coronel.

V. Avila, alzamiento en.

miércoles, 27 de agosto de 2014

«Almirante Valdés»

Destructor de la Armada española construido en Cartagena en 1930, de 1536t de desplazamiento, 101,5 m de eslora, 9,65 m de manga y 2,99 m de puntal, armado de 5 cañones de 120 mm, un cañón antiaéreo de 76 mm, 4 ametralladoras antiaéreas y 6 tubos lanzatorpedos de 533 mm, con una autonomía de 4500 millas, una velocidad de 36 nudos y una dotación de 147 hombres.

Al estallar la Guerra Civil se hallaba en Cartagena, de donde partió el 17 de julio para Melilla, en cuyo puerto fondeó al día siguiente. Volvió a hacerse a la mar el día 18, y aunque sus oficiales trataron de inutilizarlo varándolo a la salida de la escollera, no consiguieron su propósito, pues fueron reducidos por la marinería, que se declaró partidaria de permanecer fiel al Gobierno. Levemente averiado, fue conducido de nuevo a Cartagena, donde la tripulación propició el levantamiento del resto de las dotaciones de los barcos surtos en dicha base contra sus oficiales. Intervino después en las operaciones del Estrecho, tratando de interceptar el paso de las tropas sublevadas de África a la Península, así como en el combate que acabó con el hundimiento del crucero nacionalista Baleares. Al final de la guerra, junto con otros barcos de la flota republicana, huyó a Bizerta (Túnez), donde fue internado. 

V. Marina de guerra republicana

martes, 26 de agosto de 2014

«Almirante Scheer»

«Almirante Miranda»

Destructor de la Armada española construido en Cartagena en 1931, de 1536t de desplazamiento, 101,5 m de eslora, 9,65 m de manga y 2,99 m de puntal, armado de 5 cañones de 120 mm, un cañón antiaéreo de 76 mm, 4 ametralladoras antiaéreas y 6 tubos lanzatorpedos de 533 mm, con una autonomía de 4500 millas, una velocidad de 36 nudos y una dotación de 147 hombres. 

Al iniciarse la Guerra Civil quedó en poder del Gobierno republicano, que lo utilizó en las operaciones que tuvieron lugar en el Estrecho, con el fin de interceptar el paso de las tropas sublevadas de África a la Península. Intervino después en el desembarco republicano en Mallorca, en el mar Cantábrico y en el combate de Cherchel. Al concluir la contienda huyó con otros buques de la flota republicana a Bizerta (Túnez), donde quedó internado. 

V. Marina de guerra republicana


lunes, 25 de agosto de 2014

«Almirante Lobo»

Buque transporte de la Marina de guerra española construido en 1909, de 2545t de desplazamiento, 76,2 m de eslora, 12 m de manga y 5 m de puntal, armado de 2 cañones de 47 mm, con una autonomía de 4 500 millas, una velocidad de 10 nudos y una dotación de 67 hombres. Durante la Guerra Civil prestó servicio en el bando republicano, sin intervenir en operación alguna de especial relieve.

 V. Marina de guerra republicana 

«Almirante Ferrándiz»

Destructor de la Armada española construido en Cartagena en 1928, de 1536t de desplazamiento, 101,5 m de eslora, 9,65 m de manga y 2,99 m de puntal, armado de 5 cañones de 120 mm, un cañón antiaéreo de 76 mm, 4 ametralladoras antiaéreas y 6 tubos lanzatorpedos de 533 mm, con una autonomía de 4 500 millas, una velocidad de 36 nudos y una dotación de 147 hombres. 

Al estallar la Guerra Civil se hallaba en Cartagena, de donde partió para Tánger llevando a bordo al jefe de la flota republicana, capitán de corbeta Fernando Navarro. Más tarde tomó parte en las operaciones del Estrecho, tratando de interceptar el paso de las tropas sublevadas de África a la Península, y en el intento republicano de bloquear el estuario del Guadalquivir. El 29 de septiembre de 1936 fue hundido por el crucero nacionalista Canarias en aguas de Gibraltar. 

V. Marina de guerra republicana

sábado, 23 de agosto de 2014

«Almirante Cervera»

Buque bonitero construido en Vigo (Pontevedra) en 1935, de 27t de desplazamiento y 15,7 m de eslora, que tras ser armado convenientemente en El Ferrol prestó servicio como rastreador de la flota nacionalista en el Cantábrico y en el Mediterráneo; resultó hundido en Castellón por la aviación republicana en agosto de 1938. 

V. Marina de guerra nacionalista.

«Almirante Cervera»

Crucero de la Armada española construido en El Ferrol en 1922; botado en 1925 y puesto en servicio en 1926, de 7475t de desplazamiento, 176,60 m de eslora, 16,60 m de manga y 5,03 m de puntal, con una dotación de 566 hombres. 

Al estallar la Guerra Civil se hallaba en un dique seco en El Ferrol, en reparación, con una tripulación que no rebasaba los 350 hombres, los cuales se negaron a sumarse al alzamiento militar, siendo reducidos por el capítán de fragata -en situación de disponible forzoso- Salvador Moreno Fernández, quedando el navío a disposición de los rebeldes. Puesto en servicio pocos días después con una tripulación de voluntarios, la mayoría de ellos militantes falangistas, se hizo a la mar el 26 de julio de 1936, siendo declarado a los pocos días «buque pirata» por disposición del Gobierno republicano. A lo largo de la contienda intervino en diversas operaciones en aguas del Cantábrico (apoyo a los sitiados en los cuarteles de Gijón, bombardeos de Irún y de San Sebastián, bloqueo de Bilbao, etc.), protagonizó una serie de incidentes con buques franceses e ingleses en el estrecho de Gibraltar (levantamiento del bloqueo impuesto por la flota republicana) y en el Mediterráneo, y apresó, entre otros buques, al Marqués de Comillas, siendo posiblemente el barco nacional que adquirió más fama, habiéndosele dado por hundido en diversas ocasiones. 

V. Marina de guerra nacionalista.


viernes, 22 de agosto de 2014

«Almirante Antequera»

Destructor de la Armada española construido en Cartagena en 1930, de 1536t de desplazamiento, 101,5 m de eslora, 9,65 m de manga y 2,99 m de puntal, armado de 5 cañones de 120 mm, un cañón antiaéreo de 76 mm, 4 ametralladoras antiaéreas y 6 tubos lanzatorpedos de 533 mm, con una autonomía de 4 500 millas, una velocidad de 36 nudos y una dotación de 147 hombres. 

Al estallar la Guerra Civil se hallaba en Santander, de donde zarpó inmediatamente para incorporarse a la flota republicana, tomando parte en las operaciones del Estrecho que tenían por objeto impedir el paso de las tropas sublevadas de África a la Península. Más tarde intervino en el desembarco republicano en Mallorca. A principios de 1937, huyendo del crucero nacionalista Canarias, se refugió en el puerto de Casablanca (Marruecos), donde permaneció anclado casi medio año. Participó, igualmente, en el combate que concluyó con el hundimiento del crucero enemigo Baleares, contra el cual lanzó una serie de cinco torpedos. Al final de la contienda huyó a Bizerta (Túnez), donde fue internado en unión de otros buques de la flota republicana. 

V. Marina de guerra republicana

Almirante

El que manda la Armada, escuadra o flota después del capitán general. También el que desempeña en la Armada el empleo que equivale al de teniente general en los ejércitos de Tierra y de Aire. Dicho empleo -y el de capitán general de la Armada- fue suprimido por el Gobierno de la República por decreto de 13 de mayo de 1931 y restablecido por el Gobierno nacionalista pocos días después de concluir la Guerra Civil (decreto de 11 de abril de 1939).

jueves, 21 de agosto de 2014

Almería, bombardeo de

Como represalia por haber sido bombardeado por la aviación republicana el acorazado alemán Deutschland, en la bahía de Ibiza, el 31 de mayo de 1937, sin previo aviso, el acorazado -también alemán Admiral Scheer- que iba escoltado por el crucero Leipzig y cuatro destructores efectuó sobre la ciudad de Almería unos doscientos disparos, los cuales destruyeron 35 edificios y ocasionaron la muerte a un número indeterminado de personas, que oscila entre 19, según unas fuentes, y 39, según otras. En justificación de tal acto, el Gobierno alemán hizo pública una nota en la que, entre otras cosas, decía: «En pago al criminal asalto de aviones rojos de las autoridades de Valencia al Deutschland, buques alemanes cañonearon esta mañana el puerto fortificado de Almería. Después que los bastiones fueron destruidos y el fuego de las baterías silenciado, el acto de justicia se dio por terminado.» Con motivo de este suceso, Indalecio Prieto, encargado a la sazón de la cartera de Defensa del Gobierno republicano, propuso -más o menos convencido- en una reunión del Consejo de Ministros que se buscase a la flota alemana que operaba en España, donde quiera que estuviese, y que con toda la aviación disponible se la atacase, aunque tal hecho diese lugar al estallido de una guerra europea, pero los ministros comunistas -y tras ellos su partido-, después de consultar con Moscú, se opusieron abiertamente a tal idea.

  • La escuadra alemana que bomardeó el puerto y la ciudad de Almería estaba compuesta por: el acorazado "Admiral Scheer" y cuatro destructores "Leopard", "Luch", "Wolseen" y "Pantera".


Agence Espagne : informations télégraphiques et téléphoniques de dernière heure Número 139 - 1937 junio 1

miércoles, 20 de agosto de 2014

Almería, alzamiento en

Ciudad de Andalucía, capital de la provincia y cabeza del partido judicial del mismo nombre, situada en el golfo de Almería.

La desconfianza de los milicianos y defensores de la República fue en aumento haci los militares almerienses. Los oficiales se inclinaban hacia la sublevación, por ello llegan a la ciudad masas de obreros y campesinos venidos de los pueblos. 

El 20 de julio de 1936 el teniente coronel de Infantería Juan Huertas Topete, comandante militar de la plaza y jefe del Batallón de Ametralladoras 2 y de la Caja de Recluta, auxiliado por el comandante del Cuerpo de Carabineros Toribio Crespo Puerta y con el asentimiento de la mayoría de los jefes y oficiales destinados en la capital, procedió a declarar el estado de guerra, detuvo a los militares adictos al Gobierno, ocupó la Casa del Pueblo y sitió el edificio del Gobierno Civil -donde se hallaban reunidos, entre otros, el gobernador civil de la provincia, Juan Peinado Vallejo, y el diputado socialista por Almería Gabriel Pradal Gómez-.

A las siete de la mañana del día 21, Huerta Topete, gobernador militar envía a Queipo de Llano y a Franco un telegrama expresándole que "ya ha declarado el estado de guerra y tiene a las fuerzas en la calle". A esas horas se indigna con los falangistas pues, a pesar que Radio Almeria invita a unirse a la sublevación, sólo se presentan 15 civiles. 

A las diez de la mañana, la situación parece controlada por los sublevados militares, pero no han conseguido tomar el edificio del Gobierno Civil. Entre las once y las doce, aparecen huyendo un grupo de soldados, bien pertrechados de armamento, de la base militar de Armilla, que se ponen al la lado del Gobierno Civil. Además, las pasadas de aviones, y la presencia casi de improviso en la bocana del puerto del destructor Lepanto, procedente de Cartagena, hicieron fracasar el levantamiento.

El capitán del buque, capitán de Fragata Valentín Fuentes, envía a Huertas un ultimátum amenazándole de atacarle si no se rinde. En ese momento Franco también mandaría un mensaje contundente, invitándole a no parlamentar con el barco Lepanto, fiel a la República y le amenaza con pedirle cuentas por posible cobardía. Huerta Topete ante la indecisión y la situación contacta con Valentín Fuentes, que le ordena que se rinda, y se atenga a las condiciones de rendición del gobernador civil. A las 12:45 Almería queda rendida. 
Todos los sublevados fueron apresados y conducidos al barco "Astro mendi" destinado a cárcel del pueblo, y allí los fusilaron junto a todos los que se adhirieron a la sublevación. 

martes, 19 de agosto de 2014

Almendralejo (represión nacionalista)

Municipio y ciudad de la provincia de Badajoz, cabeza del partido judicial del mismo nombre, diócesis de Badajoz, distante unos 50 km de la capital de la provincia. Ocupada por los nacionalistas en los primeros días de agosto de 1936 -principalmente por tropas moras y legionarias-, mandadas por el entonces teniente coronel Juan Yagüe. Tras una fuerte resistencia de las milicias republicanas, la población fue objeto de una durísima represión, calculándose aproximadamente en un millar las personas que fueron ejecutadas por ser consideradas «contrarías al Movimiento». 

Almansa

Municipio y ciudad de la provincia de Albacete, cabeza del partido judicial del mismo nombre, diócesis de Cartagena, distante unos 80 km de la capital de la provincia. Durante la Guerra Civil se instaló en dicha ciudad una Escuela Popular de Guerra del ejército republicano para la preparación de tenientes en campaña del Arma de Infantería. 

V. tenientes en campaña (zona republicana).

lunes, 18 de agosto de 2014

Almagro Gracia, Aurelio (1881-1973)

Nació el 10 de octubre Je 1881 en Zaragoza, en una familia de clase media, tras estudiar el Bachillerato cursó la carrera de Medicina en la Universidad de Zaragoza. Poco después de licenciarse ejerció su profesión en la provincia de Cuenca, empleándose como medico mutualista de la Sociedad Obrera, una asociación de carácter moderado vinculada a sectores eclesiásticos. Años después obtuvo la plaza de médico titular de la Beneficencia Municipal de Cuenca.

Tras entrar en contacto con Rodolfo Llopis, que ejercía como profesor de la Escuela Normal, en 1926 decidió ingresar en el PSOE siendo uno de los fundadores, junto con Llopis y el catedrático Juan Giménez de Aguilar, de la Agrupación Socialista de Cuenca y colaboró también en algunos de los periódicos, como El Progreso y La Lucha, llegando a ejercer la presidencia de la Agrupación Socialista local, de la Federación Socialista Provincial y del Sindicato de Médicos perteneciente a la UGT.

Hombre con gran ascendiente popular, tras la proclamación de la Segunda República se hizo cargo durante cinco días del Gobierno Civil de Cuenca, preocupándose de que reinase la tranquilidad y expidiéndole incluso un salvoconducto al último gobernador monárquico para que pudiese abandonar sin problemas la provincia. En las elecciones a Cortes Constituyentes Aurelio Almagro fue presentado como candidato y resultando el único de los diputados socialistas electos por Cuenca. Obtuvo la mayoría de votos en todos los pueblos correspondientes a su demarcación médica. Adscrito a la minoría socialista, declaró como profesión la de médico en su alta como Diputado (5 de mayo de 1931), realizando la promesa de su cargo con fecha 27 de julio de 1931 y causando baja el 9 de octubre de 1933. 

Desde 1931 Aurelio Almagro pasó a residir en Madrid , perteneciendo en las Constituyentes como vocal titular a la comisión de Gobernación. Sus relaciones con la Agrupación Socialista de Cuenca se deterioraron notablemente durante el primer bienio, ya que en septiembre de 1932 ésta solicitó a la ejecutiva su expulsión del partido, por extralimitarse en sus competencias en cuestiones organizativas, solicitud que no llegaría a ser tomada en consideración por los órganos directivos socialistas. Desde 1933 y tras su baja como Diputado volvió a ejercer como médico de la Beneficencia, al no ser proclamado candidato en la convocatoria electoral de noviembre.

En las elecciones del 16 de febrero de 1936 Aurelio Almagro Gracia volvió a ser incluido en la candidatura del Frente Popular por Cuenca, pero al ser anuladas por la comisión de actas de los Cortes los elecciones en esta circunscripción, la comisión ejecutiva nacional del PSOE propuso a los comités del Frente Popular de ambas provincias un intercambio de candidatos para los elecciones que habrían de repetirse en mayo, consistente en que el socialista Almagro se presentaría por Granada, mientras que el republicano Emilio Martínez Jerez, del partido de Martínez Barrio (UR) y que ya había resultado electo por los minorías en febrero, se presentase por Cuenca. En mayo obtuvo 207.215 votos, resultando el sexto de los trece diputados electos por Granada, siendo dado de alta como Diputado el 8 de mayo de 1936.

Durante la Guerra Civil Aurelio Almagro permaneció en zona republicana, encargándose de la organización de los servicios médicos del Ejército voluntario de la República en varias zonas y frentes de operaciones. Como Diputado del Frente Popular asistió a varias de las reuniones celebradas por las Cortes durante este período, como las que tuvieron lugar en Valencia, a comienzos de octubre de 1937, y en Sabadell en octubre de 1938. No figuró, sin embargo, entre los diputados asistentes a la última reunión celebrada en territorio español, las que tuvieron lugar en el castillo de Figueras en febrero de 1939. 

Exiliado en Francia, en mayo de 1939 y acompañado de su mujer logró trasladarse a México a bordo del Sindia, desembarcando en el puerto de Veracruz el 13 de junio de 1939. Fue auxiliado por el Comité Técnico de Ayuda a los Republicanos Españoles. Fue integrado en el servicio de asistencia domiciliaría a los refugiados españoles y encargado de la asistencia a los miembros de la agrupación de inválidos y mutilados de la República, desde entonces ejerció la medicina adscrito a los servicios de la Benéfica Hispana, de la que fue nombrado médico honorario tras su jubilación.

Almagro permaneció muy vinculado a las organizaciones del exilio republicano. Finalmente murió el 1 de febrero de 1973, a la edad de 91 años.

V. Cortes republicanas. 

Almagro Basch, Martín (1911-1984)

Arqueólogo y profesor universitario nacido en la provincia de Teruel, director de numerosas excavaciones practicadas en Ampurias, Nubia, etc., y autor de diversos libros sobre su especialidad: Introducción a la arqueología, Ampurias. Historia de la ciudad y guía de sus excavaciones, Las necrópolis de Ampurias, etc. Durante la Guerra Civil prestó apoyo a la causa nacionalista, formando parte de la oficina de propaganda que dirigió Ramón Serrano Suñer y colaborando habitualmente en el periódico falangista pamplonés Arriba España

sábado, 16 de agosto de 2014

Almagro

Municipio y ciudad de la provincia de Ciudad Real, cabeza del partido judicial del mismo nombre y sede de su diócesis, distante unos 25 km de la capital de la provincia. Durante la Guerra Civil se hicieron en dicho municipio algunos intentos de colectivización del campo que, si bien no dieron el resultado que se pretendía, no dejaron por ello de constituir interesantes experiencias al respecto. 

V. colectividades agrarias (zona republicana). 

Almadén

Ciudad de la provincia de Ciudad Real, partido judicial de Puertollano, situada a la salida del valle de Alcudia, al pie de la sierra de Almadén. Durante la Guerra Civil permaneció en zona republicana hasta que, el 26 de marzo de 1939, fue ocupada, sin resistencia, por las tropas nacionalistas.

viernes, 15 de agosto de 2014

Aliseda Olivares, José

Maestro. Estudió en la Escuela Normal de Badajoz. Fue Inspector de Primera Enseñanza en la zona de Don Benito. Posteriormente estudió derecho en la Universidad de Madrid. Perteneció al sector del centro del PSOE. Elegido diputado por Badajoz en las elecciones generales de 1936, formó parte de las Comisiones de Actas y Calidades (suplente); Guerra (suplente); Presupuestos (suplente y titular); Tribunal de Cuentas (suplente y titular); Acusación contra Salazar Alonso (suplente); Justicia (suplente) e Instrucción Pública y Suplicatorios. Durante la Guerra Civil fue Director General de Propiedades y Contribución Territorial y vicepresidente del Banco Hipotecario. Llegó a México en 1940 y al no poder ejercer su profesión, se dedicó a varios negocios, trabajando en una cantera, ocupándose de la importación de coñac y, desde 1941, administrando y dirigiendo las tres Farmacias Madrid de su propiedad. Falleció en México el 31 de agosto de 1964

V. Cortes republicanas. 

«Alice»

Buque mercante italiano que durante la Guerra Civil española realizó, al menos, un viaje a la España nacionalista, transportando diversas mercancías con destino al ejército sublevado contra el Gobierno de la República.

 V. Italia (ayuda a la España nacionalista).

jueves, 14 de agosto de 2014

«Alicantino».

Buque de carga italiano, de 2715t de desplazamiento, que durante la Guerra Civil española realizó, al menos, un viaje a la España nacionalista, transportando material de guerra y otras mercancías con destino al ejército sublevado contra la República. 

V. Italia (ayuda a la España nacionalista).

Alicante (Ocupación nacionalista)

Con la ocupación militar de Alicante se puso fin a la Guerra Civil, pues fue ésta la última plaza que cayó en poder de las tropas que, en julio de 1936, se habían alzado contra el Gobierno de la República.

 El 29 de marzo de 1939 el coronel Segismundo Casado pronunció un discurso por radio diciendo, entre otras cosas, que los republicanos que optasen por abandonar España, para no caer prisioneros de los rebeldes, se concentrasen en el puerto de Alicante, donde serían recogidos y, en barco, trasladados a aquellos países que se habían brindado a darles acogida. La realidad, sin embargo, resultó muy distinta, pues en la fecha indicada por el citado coronel, y a pesar de que en los muelles del puerto alicantino se habían concentrado más de 10 000 personas, únicamente zarpó el buque Marítima, con 40 pasajeros a bordo. Un día después, tropas italianas encuadradas en el ejército nacionalista, mandadas por el general Gastone Gambara -a las cuales ya se habían rendido entre 10 000 y 12 000 soldados gubernamentales-, ocuparon Alicante y su aludido puerto. El mismo día, un buque de guerra francés intentó atracar en el mismo con el propósito de evacuar el mayor número posible de militares y políticos republicanos, pero los barcos nacionalistas Canarias, Júpiter y Vulcano se lo impidieron, obligándole a abandonar las aguas jurisdiccionales españolas. 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Alicante, alzamiento en

Ciudad de España perteneciente al antiguo reino de Valencia, capital de la provincia y del partido judicial del mismo nombre, situada a orillas del Mediterráneo.  

En julio de 1936 la guarnición de la capital estaba constituida por el Regimiento de Infantería 4 y la Caja de Recluta 22, más tres compañías de la Guardia Civil y un contingente de carabineros adscritos a la zona. El comandante militar de la plaza era el general de brigada José García Aldave y Mancebo. No está claro si dicho general estaba comprometido o no en el alzamiento militar, aunque se sabe a ciencia cierta que era de ideología derechista y de profundas convicciones religiosas. 

Todo hace suponer que, en espera de recibir instrucciones de su superior jerárquico, el jefe de la División Orgánica con cabecera en Valencia, se mantuvo a la expectativa sin adoptar medida alguna, salvo la de ordenar el acuartelamiento de las tropas, situación en la que permaneció hasta el día 23, en que el cuartel fue rodeado por numerosos milicianos afectos a la República, reforzados por la marinería del cazatorpedero José Luis Diez, que se había hecho con el mando de la nave y había desembarcado el día anterior. Entonces el gobernador civil de la provincia requirió al citado general García Aldave para que dispusiese que inmediatamente se izase la bandera republicana en los edificios ocupados por los militares, se abriesen las puertas de tales edificios y cesase el acuartelamiento, accediendo a ello García Aldave y ordenando al coronel Rodolfo Espá Manzano que procediese a cumplir los términos del requerimiento, como así lo hizo. Resuelta de esta forma tan simple la adhesión de la plaza a la República, el aludido gobernador civil se dirigió por radio a los alicantinos para explicarles cuál había sido el comportamiento de las fuerzas militares de la guarnición y, en especial, el del general García Alda ve: «Ahora quiero rendir un homenaje al general de esta plaza, por su honor y la disciplina que ha tenido con el poder legalmente constituido, y que no se ha rendido bajo el poder de nadie, sino bajo el poder de su voluntad soberana para defender la República, que todos sentimos en el corazón y que todos hemos traído con sacrificio. Por eso tengo que hacer honor a su caballerosidad, porque se dio cuenta de las circunstancias actuales, lo que yo le agradezco profundamente; porque a quien tiene un honor y una disciplina hay que rendirle un tributo de admiración y respeto. Yo se lo rindo a este hombre que está dispuesto a dar su sangre por la República» (testimonio recogido por Guillermo Cabanellas en La guerra de los mil días, Ed. Heliasta, S. R. L., Buenos Aires, 1975).

Pocos días después García Alda ve fue relevado del mando a petición propia. A continuación, y no obstante el testimonio del gobernador civil de la provincia, fue detenido, procesado por su tentativa de adhesión al alzamiento militar, condenado a muerte y fusilado.

A partir de entonces comenzaron las "sacas" y los "paseos" de las cárceles, especialmente cruenta fue la represión durante el mes de sseptiembre y apenas reseñable a partir de enero de 1937. Cabe decir que el 29 de noviembre del 36, se produjo una "saca" en la cárcel de Alicante en represalia al bombardeo nacional sobre la ciudad. 

martes, 12 de agosto de 2014

Alianza Juvenil Antifascista

Organización creada en noviembre de 1937 bajo los auspicios del Partido Comunista de España para agrupar a las secciones juveniles de todos los partidos de izquierdas, incluidos los anarquistas.

La Conferencia de Valencia, que se celebró los días 15, 16 y 17 de enero de 1937, quiso ser una llamada a la unidad de toda la juventud y a la colaboración de toda ella en la tarea de ganar la guerra, y en ella se señaló una de la principales características que más tarde se concretarían en la Alianza Juvenil Antifascista, "todos los jóvenes comunistas, socialistas, republicanos, anarquistas, nacionalistas y católicos honrados en aquellas tareas necesarias de todo punto para obtener la victoria". La voluntad de no marginar en este frente juvenil ni a los no encuadrados en organizaciones políticas o juveniles ni a los comprometidos con la lucha de clases, provocó las críticas de algunos sectores de la juventud (JCI-POUM) que deseaban la revolución social, tildando a la JSU de tener una ideología poco exigente y clara, y de abandonar la combatividad y la lucha de clases. La propuesta de una Alianza Juvenil Antifascista propuesta por la JSU (Juventudes Socialistas Unificadas) fue respondida con un Frente de la Juventud Revolucionaria por la JCI (Juventud Comunista Ibérica), que denunciaba el intento de establecer un campo transversal de apoyo juvenil a la lucha frentepopulista, en lugar de fortalecer organismos unitarios de jóvenes que se caracterizaban por una posición anticapitalista. 

Los sucesos de mayo del 37 en Barcelona, tras los que el anarquismo salió dañado y murieron algunos jóvenes libertarios, contribuyeron a acrecentar las distancias no solo con los jóvenes socialistas progubernamentales sino también con los jóvenes libertarios.  A pesar de todo, la FIJL (Federación Ibérica de Juventudes Libertarias), mantiene contactos con los jóvenes socialista unificados, aunque mantienen sus recelos con la AJA, a la que seguían viendo como una tapadera para ocultar las pretensiones de dominio de las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas), y a pesar de diferentes conflictos, el 10 de septiembre de 1937 se constituyó la Alianza Juvenil Antifascista -desapareciendo los Frentes de  la Juventud-, lo que suponía una renuncia de los jóvenes libertarios en aras de las circustancias. Como escribió Martí Ibáñes, conocido joven anarquista, en febrero de 1937 en el periódico Soliradidad Obrera que "no debería haber inconveniente, si llega el caso, a extender la alianza a aquellos grupos juveniles que, aún no militando bajo los pabellones rojinegro o rojo, se comprometieran a llevar a cabo los objetivos revolucionarios que le fuesen fijados por los pilotos de la alianza".

Con todo, la AJA reconoce, al menos de oficio, y entre otras reivindicaciones de los jóvenes libertarios, la transformación política-social y económica sucedida el 19 de julio de 1936 y se compromete a trabajar por la unión de la CNT y la UGT y organizaciones afines para ganar la guerra y desarrollar la revolución. 

En realidad, dicha organización, aunque apoyó decididamente al Gobierno republicano, careció de verdadero peso específico político, pues en ningún momento siguió una línea concreta y determinada ni dispuso de un auténtico programa político. 

La AJA tuvo su jefatura a partir de diciembre de 1937 en Barcelona y agrupaba a las siguientes organizaciones: Federación Ibérica de Juventudes Libertarias, Juventudes Socialistas Unificadas, Juventudes de Izquierda Republicana, Juventudes de Unión Republicana, Juventudes Sindicalistas, Juventudes Federales y Unión Federal de Estudiantes Hispanos (UFEH).

V. AJA

Algete

Municipio y villa de la provincia de Madrid, partido judicial de Alcalá de Henares, diócesis de Madrid, distante unos 40 km de la capital de la provincia y unos 20 de la cabeza del partido.

En la finca denominada «El Soto», de dicho término municipal, se instaló durante la Guerra Civil una base aérea para los aviones de caza soviéticos que operaban al servicio de la causa republicana. 

lunes, 11 de agosto de 2014

Algeciras, alzamiento en

Municipio y ciudad de la provincia de Cádiz, cabeza del partido judicial del mismo nombre, distante unos 100 km de la capital de la provincia y unos 8, aproximadamente, del peñón de Gibraltar.

En Algeciras, cabecera del golpe en la comarca, de antemano se había proclamado un comité de sublevados, que lo componían representantes de todas las guarniciones del Campo de Gibraltar. Pesidida por el teniente coronel de Infantería Manuel Coco Rodríguez, verdadero líder de la sublevación, e integrado por el comandante González Pons y los capitanes Fernández Cortada y Díaz Fernández. Enrique Castillo Potons del Cuerpo de Inválidos, actuaría como enlace entre la guarnición de Algeciras, el teniente coronel Yagüe y la Falange. 

Los golpistas tenían pocas esperanzas en que la comarca cayera en sus manos en los primeros momentos, pues recelaban de los carabineros, cuerpo fiel a la República y que dependían del Ministerio de Hacienda, un cuerpo que tenía como misión el cuidado de las costas y las fronteras. Pero la rápida actuación del teniente coronel Manuel Coco Rodríguez que sublevó la guarnición de la plaza y se adhirió al alzamiento militar, hizo posible que la ciudad quedase incorporada al bando rebelde desde el momento mismo en que estalló la Guerra Civil. Hay que señalar que todo el Campo de Gibraltar, con su cabecera en Algeciras, era en julio del 36 una zona de interés nacional, pues estaba destinada a ser uno de los puntos de desembarco de las tropas africanas, que serían las que marcharían rápidamente sobre Madrid para acabar con la guerra de una forma rápida. El otro punto de desembarco era Málaga, donde no triunfó la sublevación, por ello, la importancia de Algeciras se acrecentó notablemente al quedar como único punto para la llegada de las tropas de Marruecos. 

De este modo, horas después de la intervención del citado teniente coronel Coco, llegaban a este importantísimo puerto las primeras unidades sublevadas del Ejército de África, transportadas en el destructor Churruca, unidades que, de hecho, constituyeron el núcleo básico del Ejército del Sur y, más tarde, de gran parte del ejército nacionalista. Además, en los días posteriores al golpe, a modo de columnas, auxiliarán al ejército nacional en las incursiones de los pueblos de la comarca que todavía seguían en manos del gobierno. 

Algar Quintana, Antonio

V. Batet Mestres, Domingo; Burgos, alzamiento en.

sábado, 9 de agosto de 2014

«Algabeño, Pepe el» (1902-1936)

Seudónimo del matador de toros José García, que tomó la alternativa en Valencia en 1923 de manos de Rafael el Gallo. Retirado de su profesión en 1928, reapareció ante el público en 1933, esta vez como rejoneador. Durante la Guerra Civil se unió al bando nacionalista, formando parte de la caballería guerrillera que patrulló por los campos andaluces en las primeras semanas de la contienda; murió en acción de guerra, al frente de su partida, en los combates de Lopera y Porcuna.

«Alfredo»

V. Togliatti, Palmiro. 

Alfonso Trallero, Ramón

V. Belchite, batalla de. 

«Alfonso Pérez»

Buque mercante que durante la Guerra Civil, hallándose fondeado en el puerto de Santander, fue utilizado por las autoridades republicanas como barco-prisión y en el cual, según testimonio de Hugh Thomas que recoge de otros autores (La guerra civil española, Ed. Ur-bión, Madrid, 1979), perecieron cerca de doscientas personas que se hallaban presas -falangistas, tradicionalistas y afiliadas a otros partidos de significación antigubernamental-, asesinadas por las masas como represalia por los bombardeos de la aviación nacionalista sobre la citada ciudad.

viernes, 8 de agosto de 2014

Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este (1849-1936)

Pretendiente al trono de España (rama carlista) con el nombre de Alfonso Carlos I. Hijo y hermano, respectivamente, de los titulados Juan III y Carlos VII (también de la rama carlista).

En su juventud había combatido en los ejércitos pontificios contra los patriotas italianos; participó también en la última de las guerras carlistas al mando de las fuerzas tradicionalistas de Cataluña, con las cuales ocupó la ciudad de Cuenca, donde empleó una violencia y una crueldad inusitadas. 

Casado con la hija del rey de Portugal, «accedió» al trono de España en 1931 -a la muerte, sin sucesión, de su sobrino Jaime-, cuando ya había cumplido los 82 años de edad, no obstante lo cual se erigió en nuevo caudillo de la ortodoxia legitimista, haciendo inviable cualquier reconciliación con la otra rama de los Borbones españoles. «El estandarte que fue alzado por mis gloriosos antepasados don Carlos V, don Carlos VI y don Carlos VII, y desplegó con el mismo fervor mi querido sobrino don Jaime, lo mantendré intacto como irremplazable paladín de los católicos y los monárquicos españoles...», dijo en un manifiesto publicado en Milán el 11 de octubre de 1931.

Instalado en el sur de Francia, cerca de la frontera española, estuvo en contacto permanente con sus fieles, coadyuvando a la preparación del alzamiento militar de julio de 1936, hasta el punto de que días antes de producirse éste, el general Sanjurjo aceptó ser el presidente de un Gobierno provisional en una hipotética Monarquía encabezada por dicho Alfonso Carlos. Al fallecer, también sin sucesión, el 29 deseptiembre de 1936  tras ser atropellado por un camión militar, y dejó tras sí un difícil pleito dinástico, pues no existía ningún descendiente del infante Carlos María Isidro por línea de varón, lo cual motivó la escisión de sus seguidores: un grupo de éstos reconoció como rey a Juan de Borbón Battenberg, hijo de Alfonso XIII, y otro, mayoritario, radicado principalmente en Navarra, propugnaba la «exaltación al trono» de Francisco Javier de Borbón-Parma -pariente lejano de la rama alfonsina-, a quien Alfonso Carlos había nombrado regente con el encargo de que proveyera a la elección de sucesor.

jueves, 7 de agosto de 2014

Alfonso XIII (Alfonso de Borbón y Habsburgo Lorena, 1886-1941)

Archiduque de Austria. Duque de Borgoña, de Bravante y de Milán. Conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol y de Barcelona. Señor de Vizcaya y de Molina. Jefe y soberano de la Insigne Orden del Toisón de Oro. Gran maestre vitalicio de las cuatro Órdenes Militares. Soberano gran maestre de la Orden de Carlos III. Soberano, jefe y hermano mayor de las Reales Maestranzas de Caballería de Sevilla, Ronda, Granada y Valencia. Doctor honoris causa por la Universidad de Oxford. Canónigo honorario de la catedral de Toledo. Coronel del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos. Coronel honorario del 65 Regimiento de Infantería de Magdeburgo. Coronel en jefe del 5.° Regimiento de Artillería (Landau) de Baviera. Coronel jefe del Regimiento inglés de Lanceros XVI. General honorario del ejército inglés. Encomienda de la Orden de San Humberto de Baviera. Caballero de la Liga y caballero de la Gran Cruz de la Real Orden de la Reina Victoria de Inglaterra. Caballero de la Muy Noble Orden de la Jarretera, del Águila Negra de Prusia, de la Legión de Honor de Francia, de la Annunziata de Italia, de Leopoldo de Bélgica, de San Andrés de Rusia, de San Esteban de Hungría, de los Serafines de Suecia y Noruega, del Elefante Blanco de Dinamarca, del Crisantemo del Japón, de San Juan de Jerusalén y de la Orden del Santo Sepulcro. 

Rey de España desde su nacimiento hasta el 14 de abril de 1931, fecha en que fue proclamada la II República. Hijo póstumo de Alfonso XII y de su segunda esposa, María Cristina de Austria, la cual desempeñó la función de reina regente hasta que su hijo, cumplidos los dieciséis años de edad, fue declarado mayor de edad y, tras jurar la Constitución, asumió, de hecho, la jefatura del Estado.

 El 31 de mayo de 1906 contrajo matrimonio con la princesa Ana de Battenberg, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, que de esta forma se convirtió en la reina Victoria Eugenia de España. Al principio de su reinado Alfonso XIII optó por continuar el sistema del turno de partidos más o menos impuesto por la Constitución canovista, si bien, cada vez más, la Monarquía fue perdiendo fuerza y prestigio -reciente pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas; interminable guerra de Marruecos; carestía de la vida, etc.-, hasta desembocar en la huelga general de 1917 que produjo una grave convulsión en todo el país. Restablecido el orden, tras no pocas perturbaciones, la situación política y social se volvió a deteriorar en poco tiempo: nuevas huelgas; robos a mano armada; asesinatos de patronos y de trabajadores, especialmente en Barcelona; caída de la peseta; gobiernos de mínima duración; brotes de separatismo; fracaso total de la política marroquí -de la cual el rey era en parte responsable-, etc. 

El 13 de septiembre de 1923 el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, se subleva en Barcelona y, contra toda lógica -se ha dicho que Alfonso XIII estaba de acuerdo con el pronunciamiento y con el pronunciado-, el rey le encarga la formación de un Gobierno que, salvo ligeros cambios más de forma que de fondo, se prolonga, en forma de dictadura, hasta 1930. Sucede a Primo de Rivera el general Dámaso Berenguer, y a éste, el capitán general de la Armada Juan Bautista Aznar, el cual, con el propósito de volver a la normalidad constitucional, convoca unas elecciones «rabiosamente sinceras» -según dijo un político de la época- que dieron al traste con el monarca y con la Monarquía. Como consecuencia de ello -y aunque el triunfo de los enemigos del antiguo régimen se circunscribió tan sólo a los grandes núcleos urbanos-, el 14 de abril de 1931 quedó proclamada la II República. Sin renuncia a ninguno de sus derechos, el rey huyó del país, por Cartagena, mientras el conde de Romanones y Niceto Alcalá-Zamora, en casa del médico Gregorio Marañón, gestionaban el traspaso de poderes de un régimen a otro.

Instalado primero en Francia y después en Italia, el rey destronado insta a sus partidarios, al menos en los primeros tiempos de su exilio, a que, en bien de España, cooperen con la República. Pero pasado algún tiempo abandona esta actitud para dedicarse, cada vez más y a cara descubierta, a luchar contra la República, hasta el punto de que cuando estalla la Guerra Civil se pone abiertamente de parte de los militares rebeldes. El historiador Hugh Thomas (La guerra civil española, Ed. Urbión, Madrid, 1979) dice a este respecto que en una conversación sostenida en Londres en 1975 con Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII «el entonces pretendiente al trono afirmó que su padre había estado implicado hasta el cuello en la sublevación». En parecidos términos se expresa Theo Aronson en su libro Venganza real (Ed. Grijalbo, Barcelona-México, 1968) cuando afirma que «la infanta Eulalia dijo a un corresponsal del Daily Express que el rey había entregado a Franco dos millones de libras esterlinas para la campaña». Este apoyo de Alfonso XIII a la causa nacionalista no sólo tuvo carácter material. En Mis amigos muertos (Ed. Planeta, Barcelona, 1971), cuenta Juan Ignacio Luca de Tena que los primeros aviones que la Italia fascista envió a los rebeldes españoles fueron conseguidos gracias a la intervención personal del ex soberano, que habló por teléfono con Mussolini sobre el caso. En septiembre de 1936, cuando los generales sublevados se plantearon el dilema de dirigir la guerra por medio de un mando único o de un mando colegiado, Alfonso XIII, al parecer, recomendó a dos de tales generales, muy adictos a la Monarquía, que votasen por la primera de tales soluciones y que eligiesen al general Franco para desempeñar el mando único. Muy expresivo, en lo que se refiere al apoyo moral, fue el telegrama que con motivo de la entrada de las tropas nacionalistas en Barcelona dirigió al citado general: «Mi felicitación entusiasta y cordial, extensiva a todo ese glorioso ejército mandado por V. E.; y mi gratitud, como español, con reiteración de mi adhesión y de mi confianza en el despertar de nuestra patria...» Como también lo fueron las declaraciones que poco tiempo después, a mediados de marzo de 1939, hizo al corresponsal del diario Le Jour en Roma: «... Ahora importa más que nunca que todos los españoles se agrupen alrededor del Caudillo. Yo obedeceré las órdenes del general Franco, que ha reconquistado la patria, y, por tanto, me considero como un soldado más a su servicio. Cuando haya acabado la guerra y la palabra soldado deje de ser adecuada, me convertiré en un español más, a las órdenes del Caudillo, para la reconquista de España...» 

Franco, agradecido sin duda por estas pruebas de adhesión del ex soberano tanto durante la Guerra Civil como en la posguerra, dictó una serie de medidas para resarcir, al menos en parte, a Alfonso XIII de los agravios sufridos durante la República: se declaró nula y se dejó sin efecto la ley de las Cortes Constituyentes de 26 de noviembre de 1931 que declaraba al rey «culpable de alta traición y privado de la paz jurídica», así como las demás disposiciones, anteriores y posteriores a la citada, por las que se produjo limitación o expoliación en su patrimonio privado o en el de sus parientes por consanguinidad y afinidad dentro del cuarto grado, restituyéndole todos los derechos que en su calidad de ciudadano español le correspondían, y reintegrándole todos los bienes, derechos y acciones, así como a sus parientes, de los que habían sido despojados (ley de 15 de diciembre de 1938, mandada fijar en todos los ayuntamientos de España). Otras disposiciones legales dictadas con posterioridad declaraban nulas y sin efecto cuantas inscripciones y anotaciones se hubiesen practicado en los Registros de la Propiedad, después del 14 de abril de 1931, sobre los bienes y derechos de Alfonso XIII y de sus parientes, proveyéndose, además, mediante otra serie de normas a la administración de sus bienes. 

En enero de 1939 el rey destronado instituye heredero de la Corona al citado Juan de Borbón y Battenberg, tercero de sus hijos varones, a favor del cual abdica el 16 de enero de 1941. Gravemente enfermo, fallece en Roma el 28 de febrero del mismo año, a consecuencia de una angina de pecho. En señal de duelo, el Gobierno del general Franco declaró día de luto nacional el 1 de marzo de 1941, celebrándose honras fúnebres en honor del difunto en Madrid y en todas las capitales de provincia, las cuales, a partir de 1943, se hicieron extensivas a todos los reyes de las dinastías españolas. En 1980 los restos mortales de Alfonso XIII fueron trasladados a España y enterrados en el monasterio de El Escoriad, si bien, ya en 1941, el Gobierno español había dispuesto que en su momento se acordarían las medidas necesarias para llevar a efecto tal traslado.

Alfonso (fotógrafo)

V. Sánchez Pórtela, Alfonso.

alféreces provisionales honoríficos

V. oficiales provisionales (zona nacionalista). 

alféreces provisionales

V. oficiales provisionales (zona nacionalista).


miércoles, 6 de agosto de 2014

Alfaro Siqueiro, David (1896-1974)

Pintor mexicano, de fama mundial, autor de numerosas obras murales, de grandes dimensiones, representativas, la mayor parte de las veces, de la historia de su país y de las luchas sociales. 

Miembro del Partido Comunista mexicano, fue encarcelado y desterrado en numerosas ocasiones por sus actividades políticas, habiendo intervenido en un atentado frustrado contra León Trotsky. Durante la Guerra Civil española luchó, como voluntario, en el ejército republicano con el grado de teniente coronel.

 En los últimos años de su vida abandonó toda actividad política, dedicándose plenamente a la pintura. En 1970, en un cuadro destinado a la pinacoteca del Vaticano, escribió este lema: «Hombres de todas las creencias, uníos en torno a Cristo para conseguir la paz.»

Alfaro y Polanco, José María (1906-1994)

Abogado, escritor, poeta y periodista. Falangista de primera hora -fue coautor de la letra del Cara al Sol- y amigo personal de José Antonio Primo de Rivera y de los principales líderes del movimiento falangista, que tomó parte activa en la preparación del alzamiento militar que condujo a la Guerra Civil. Durante y después de la guerra ocupó diversos cargos de responsabilidad en la España de Franco: director de las revistas Vértice, Escorial y Fe, y del diario Arriba: miembro de la Junta Política de FET y de las JONS; subsecretario de Prensa y Propaganda; vicepresidente de las Cortes; embajador; presidente de la Asociación de la Prensa; etc.

martes, 5 de agosto de 2014

Alfambra, batalla de

La Batalla de Alfambra fue un combate ocurrido durante la Guerra Civil Española entre el 5 y el 8 de febrero de 1938 en la cuenca del río Alfambra, unos 25 kilómetros al norte de la ciudad de Teruel, que era cercada por las tropas rebeldes en una durísima batalla.

Tras la recuperación de Teruel por las tropas republicanas el 7 de enero, el mando militar del bando nacional planificó continuar con las ofensivas en contra del Ejército Popular de la República, ya debilitado y agotado en la defensa de la recién recobrada Teruel, y obligado a resistir el contraataque de las tropas franquistas en medio de un crudo invierno. Rendida Teruel, las tropas franquistas lanzaron un contraataque por el norte hacia el Alto de Celadas y El Muletón, que dominan el valle del río Alfambra. El día 17 de enero, los nacionales rompen las líneas republicanas y amenazan con cortar la carretera de Alcañiz, en medio de una serie de tenaces combates aéreos. Las Brigadas Internacionales de la 35.ª División acuden al lugar para detener a las tropas sublevadas mandadas por el general Antonio Aranda.

Sin embargo, ese mismo día se estanca la ofensiva de los nacionales, debido al clima extremadamente frío, que impide movilizar tropas en el montañoso terreno de la provincia de Teruel. Los mandos sublevados aprovechan el descanso para establecer su plan de ataque contra la cuenca del río Alfambra, con el fin de quebrar la resistencia republicana y cercar decisivamente la ciudad de Teruel por el norte.

Para la ofensiva de los nacionales sobre el valle del Alfambra se había planificado la participación del Cuerpo de Ejército Marroquí en el extremo norte, al mando del general Juan Yagüe, al centro la Agrupación de Enlace, mandada por el general José Monasterio Ituarte (donde destacaba su 1.ª División de Caballería), y al sur el Cuerpo de Ejército de Galicia a las órdenes del general Antonio Aranda. En total las fuerzas atacantes sumaban unos 100,000 soldados, divididos en cerca de diez divisiones apoyados por 400 a 500 cañones ligeros y pesados.

Las fuerzas republicanas en esta zona estaban formadas por el XIII Cuerpo de Ejército (integrado en el Ejército de Levante, dirigido por el general Juan Hernández Saravia), basado en la 42.ª División republicana, en cuyos flancos se hallaban las divisiones 27.ª y 39.ª, veteranas y experimentadas, pero mermadas en hombres y material. Más a su retaguardia se hallaba la 19.ª División, aún bisoña en combate, y la 66.ª División. Tales tropas tenían a disposición muy pocas piezas de artillería y menos de la mitad de hombres que las tropas atacantes.

El día 5 de febrero de 1938, los franquistas iniciaron un fuerte bombardeo de artillería y aviación sobre los cuatro puntos de partida de su ofensiva sobre el río Alfambra. A media mañana, desaparecidas las primeras fortificaciones republicanas, que fueron reducidas a escombros, se inició el asalto por las fuerzas de choque. El factor más importante y decisivo de la batalla lo jugó sin duda alguna la aviación nacional.  El asalto de la infantería nacional abrió un profundo corredor de más de 15 kilómetros en las posiciones de la 151 Brigada Mixta republicana, corredor que luego usaría la División de Caballería del general Monasterio. Poco después un masivo ataque de la caballería de Monasterio, donde se apreció la primera desbandada de tropas republicanas, permitía a parte de dicha caballería tomar los poblados de Argente y Visiedo. En este momento el general Hernández Saravia requiere al general comunista Valentín González "El Campesino" que le envíe de refuerzo a la 10.ª Brigada Mixta, mucho mejor armada y experimentada, pero González se niega.

Durante los días 6 y 7 se siguieron produciendo combates, hasta que el 8 de febrero, convergieron en Perales de Alfambra las tropas nacionales de Aranda desde el sur, y las de Yagüe desde el norte. El enlace de ambas fuerzas con las de la 5.ª División y las de la 1.ª de Caballería, o Agrupación Monasterio, significó de hecho la conclusión de la batalla del Alfambra. En los días siguientes la "División Monasterio" fue la encargada de limpiar el territorio recién ocupado. Poco después la caballería volvería a su tarea habitual como fuerza de enlace entre las grandes masas de maniobra al norte y sur del río Ebro.

La República perdía así 14 poblados con más de 1000 kilómetros cuadrados, mientras que 7000 hombres fueron hechos prisioneros y 15000 fueron bajas de distinto tipo. Además del importante desgaste sufrido por el Ejército Popular, el desastre del Alfambra preparó el camino para la posterior caída de Teruel.

Para el historiador Hugh Thomas (La guerra civil española, Ed. Urbión. Madrid. 1979) la carga de los 3000 jinetes al mando del General Monasterio perteneciente a la 1ª División de Caballería del Ejército Nacional,  puede considerarse como la carga de caballería más espectacular de toda la contienda española y, posiblemente la última en la historia de la guerra, a excepción de algunas acciones protagonizadas por el ejército soviético en 1942, en las proximidades del mar Caspio. 

«Alerta» (diario de Santander)

 V. prensa nacionalista.

Alemany Indarte, Luis.

V. filatelia. 

lunes, 4 de agosto de 2014

Alemania (ayuda a la España nacionalista).

La ayuda del III Reich a los militares españoles sublevados en julio de 1936, y en especial la prestada personalmente al general Franco, no se hizo esperar. El 22 de dicho mes, es decir, cuatro días después de que se iniciase la Guerra Civil, el coronel Juan Beigbeder -que se hallaba destinado en Marruecos, se puso en contacto, por encargo de dicho general, con el agregado militar de la Embajada alemana en París, general G. Kuhlemthal- con el que le unía una estrecha relación de amistad- en demanda de diez aviones de transporte "con la máxima capacidad de asientos", aviones que adquirirían unas empresas comerciales alemanas operantes en España y que habrían de se conducidas a Marruecos por pilotos de la mimas nacionalidad. 

Por otra parte, al día siguiente, o sea, el 23, el capitán Francisco Arranz Monasterio -destinado igualmente en el Protectorado- partía con destino a Alemania, acompañado de dos significados miembros del Partido Nacional-socialista -Adolf Langenheim y Johannes Bernhart-,  portando una carta del citado Franco dirigida al Führer alemán en que ratificaba la  petición de ayuda hecha a través del aludidado Beigbeder. Era más que evidente que para que Franco pudiese llevar a cabo sus planes- transportar a la Península el ejército destacad en Marruecos, ejército que, como se vería en muy poco tiempo, iba a constituir la columna vertebral de las fuerzas rebeldes- el envío de tales aviones tenía carácter tan urgente como primordial.
"Gracias a la celeridad con que actuaron Göring y Canaris -escribe Peter Elstob en La Legión Cóndor. España 1936-39 (Ed. San Madrid. 1973)-. Bernhardt y  Langenheim compareciero ante Hitler antes de que el Ministro de Guerra o el de Asuntos Exteriores pudiese hacer llegar al Füher tales recomendaciones, y, como ha señalado Albert Speer, quienquiera qe lograse asestar en la mente de HItler su versión particular de un asunto tenía virtualmente ganada la partida, poruqe Hitler le desagradaba en extremo alterar sus opiniones después de expresarlas en público. Göring recordó al Füher que, a cambio de los aviones, Alemania obtendría de España los minerales que tanto necesitaba, y Canaris le informó de que Francia había decidido ya enviar ayuda al Gobierno español. Con eso bastaba para inclinar la balanza. HItler decidió que unos cuantos JU-52 de transporte volaran cuanto antes a Marruecos, mientras otros se enviaban por mar. Surgirió entonces Göring que se le dotara de una escolta de cazas, pues de lo contrario serían muy vulnerables incluso par a los lentos cazas de las Fuerzas Aéreas de laRepública. Hitler accedió a que los acompañaran seis HE-51, o, más bien, dada la enorme distancia, a que se dispusiera su envío inmediato por mar. 

Ante el evidente entusiasmo del Führer, el general Von Blomberg cedió. Otorgado el beneplácito de Hitler a la petición de Franco, su puesta en práctica fue instantánea. Las razones que impulsaron a Hitler a acceder a la petición de Franco no parecen estar muy claras. «Hitler explicó posteriormente -escribe Hugh Thomas en La guerra civil española (Ed. Urbión, Madrid, 1979)- que había ayudado a Franco para distraer la atención de las potencias occidentales hacia España, para que Alemania pudiera continuar su rearme sin ser observada. Pero, en 1941, Hltler dijo: De no haber sido por la amenaza de que el peligro rojo arrollase a Europa, yo no habría intervenido en la revolución española. La Iglesia habría quedado destruida. añadía no sin fruición. El Führer pensaba además que un triunfo nacionalista en España establecería una potencia fascista atravesada entre las comunicaciones marítimas de Inglaterra y Francia, lo cual añadiría una razón estrategica para la intervención. En 1937, el Führer dio todavía otra explicación: Alemania, que importaba las tres cuartas partes de sus minerales, necesitaba el mineral de hierro español, y otros minerales, y un gobierno nacionalista mantendría o aumentaría las ventas a Alemania, mientras que un gobierno izquierdista tal vez no... 

Canaris, que probablemente fue consultado muy pronto, recordando su experiencia de la Primera Guerra Mundial, sin duda creía que los submarinos alemanes, en caso de guerra, no podrían repostar si las bases españolas no estaban en manos amigas. Hitler, igual que Mussollini, también se sintió halagado cuando Franco le solicitó su ayuda, y ser tratado por otro país, por tanto, como si fuera indispensable, por primera vez desde su ascenso al poder, tres años antes. 

El papel desempeñado por Bernhardt y, en menor medida, por Langenheim, muestra que la política que se adoptó fue la del partido nazi, no la del Ministerio de Asuntos Exteriores. Este fue el esquema de las primeras decisiones nazis: escepticismo entre los diplomáticos de carrera, compartido por el ejército; acción independiente apoyada por los alemanes en el país de que se tratara; decisiones rápidas de Hitler, que, al conducir a los primeros éxitos, hacían parecer absurda la prudencia de los diplomáticos y los generales. La puesta en marcha de la ayuda alemana a Franco dio lugar al nacimiento de una serie de organismos burocráticos, disfrazados algunos de ellos de compañías mercantiles. «El secretarlo de Estado del Ministerio del Aire -dice Hugh Thomas (op. eit.)-, Erhard Milch, creó un departamento en el Interior del Ministerio del Aaire alemán, la unidad especial (Sonderstab) W, bajo dirección del general Wilberg, encargada del reclutamiento de voluntarios y del envío de material de guerra. Además se crearon dos compañías subsidiarias, a través de las cuales se enviarla material de Alemania a España, y que se encargarían de recibir todo el dinero en efectivo o las materias primas que España enviara a cambio. Estas compañías eran HISMA (Compañía Hispano-Murroquí de Transportes), que estaba enteramente bajo la dirección de Bernhardt, con el respaldo de Franco, y KOWAK (Rohstoffe-und Wuren-Etnkaufsgcsellschaft). Si un comerciante alemán deseaba vender algo a España, primero tenia que venderlo a KOWAK; HISMA se encargaba de venderlo en el mercado de la España rebelde. Se organizó una flota mercante, y se ordenó a la marina de guerra que le proporcionase la debida protección. No tardaron en enviar a Marruecos veinte Junkers 52 (el sólido avión de transporte o bombardero de la Luftwaffe): los primeros Junkers llegaron el 29 de julio. Algunos motores de estos fueron renovados especialmente para que pudiesen llegar a España, aunque sólo la mitad se transportó por aire, mientras que la otra mitad llegó por mar.

Al mismo tiempo, se organizó un grupo turístico (Reisengescllschafts-union) para enviar alemanes a España bajo la dirección del comandante Alexander von Scheele, un veterano de la Primera Guerra Mundial que había emigrado al Chaco y había regresado hacía poco tiempo. Los hombres salieron de Hamburgo para Cádiz el 29 de julio con los Heinkel y la mitad de los Junkers en el Usamoro. Milch fue a despedirlos personalmente. Llegaron el primero de agosto. Después vinieron algunos ingenieros, otros técnicos y algunos cazas más. Posteriormente, Scheele se convirtió en el Jefe militar de la HISMA; Bernhardt, en el director general en Sevilla; y el coronel Von Thoma, en el jefe de las fuerzas de tierra y los tanques, que empezaron a llegar al cabo de un mes. Von Thoma y sus oficiales vinieron en parte para entrenar a los españoles, y en parte para adquirir ellos experiencia de combate. Encontró -dice él- a los españoles rápidos para aprender, y rápidos para olvidar. En adelante, durante más de dos años, cada semana saldrían de Alemania para España cuatro aviones de transporte. Y zarparían barcos de transporte a un ritmo medio de uno cada cinco días. 

Un estudio a fondo de la cuestión permite, hoy, establecer con todo detalle las distintas fases por las que atravesó tal ayuda. La primera fue la operación Feuerzauber, consistente, según Robert H. Whealey -«La intervención extranjera en la guerra civil española», en Raymond Carr, Estudios sobre la República y la guerra civil española (Ed. Sarpe. Madrid. 1985)- en el envío de seis aviones de combate destinados a proteger a otros veinte de transporte, operación que debía durar dos o tres semanas, pues se suponía que el general Franco conquistaría Madrid en ese espacio de tiempo, a cambio de lo cual Alemania recibiría determinadas materias primas, especialmente minerales. La segunda, la operación Otto, que se redujo a la entrega, a finales de septiembre de 1936, de un cargamento de armas. «Del 29 de julio al 11 de octubre -dice el citado Whealey (op. cit.)-, los alemanes transportaron 13523 soldados del Ejercito de Marruecos y 270100 kg de material de guerra de África a Andalucía.» La tercera y mas importante operación fue, sin duda, el reconocimiento diplomático del Gobierno nacionalista de Burgos, que de esta forma se vio jurídica y políticamente consolidado ante el concierto internacional. Con la cuarta operación, la operación Winterübung Hansa, se puso en marcha, a  primeros de noviembre de 1936, la Legión Cóndor, dotada de aviones, carros de combate, artillería antiaérea, equipos de señalización y otros pertrechos bélicos, muchos de los cuales eran totalmente desconocidos en el ejército español. «En conjunto -escribe el repetido Whealey-, entre julio de 1936 y marzo de 1939, los alemanes enviaron a las fuerzas nacionalistas 110882 toneladas de armas, por un valor de 540 millones de RM (Reichsmark), equivalentes a 250 millones de dólares. Hitler nunca reconoció públicamente durante la guerra su ayuda a Franco.» La asistencia alemana tuvo, como es lógico, su debida contraprestación. 

El Gobierno de Franco se obligó, primeramente, a informar a Alemania de las negociaciones de carácter económico que en el futuro pudiera llevar a cabo con otros países, concediendo al III Reich el trato de nación más favorecida. Posteriormente suscribió un documentó en virtud del cual se establecía el intercambio mutuo de materias primas, alimentos y productos manufacturados, obligándose el Gobierno nacionalista a pagar los envíos de material de guerra con un 4 % de interés anual. Las relaciones entre Burgos y Berlín marcharon más bien que mal, a pesar de lo cual tropezaron en ocasiones con graves dificultades, y en más de una ocasión estuvieron a punto de romperse. Cuando Alemania concedió al Gobierno de Franco un crédito de diez millones de marcos mensuales, no había, al parecer, dice Hugh Thomas (op. cit.), «indicios de que los españoles pensaran pagar estas deudas». Y añade a continuación: «Los financieros alemanes empezaban a temer que los ingleses compraran el hierro español. Funcionarios de HISMA y ROWAK, bajo la influencia de Bernhardt, centraron su atención en el proyecto de Montana, que debía asegurar a Alemania el suministro de minerales españoles a ritmo acelerado. El proyecto tenía por objeto dar a los alemanes el control de 73 minas españolas. El nuevo embajador alemán, barón Von Sthorer (que sucedió al impopular Faupel), declaró que lo que mis convenía a Alemania en España era una penetración profunda en la agricultura y la minería. La primera cuestión quedaba resuelta de modo automático puesto que, ocurriera lo que ocurriera, España tendría que encontrar un mercado para sus productos. Pero el control de la minería presentaba más dificultades. Todos los esfuerzos diplomáticos militares y culturales de los alemanes se orientarían a este objetivo. Habría que forzar la situación -agregó- si no pudiera lograrse por medios razonables. El día 9 de octubre, un decreto de los nacionalistas anulaba todos los títulos otorgados sobre las minas desde el comienzo de la Guerra Civil. Los alemanes preguntaron con ansiedad cuál era verdadero significado de aquella medida. Nicolás Franco (que por entonces se hallaba todavía cerca del poder) respondió que sólo un gobierno español con plenitud de poderes estaría capacitado para cerrar un negocio de la envergadura del proyecto Montana. Por el momento no se hizo nada. Göring y Bernhardt se impacientaban . La impaciencia se tornó en suspicacia cuando Gran Bretaña, rival en tiempos de paz y probable enemigo en tiempos de guerra, procedió a intercambiar agentes diplomáticos con Franco, por razones comerciales...».

Resumiendo la cuestión, cabe decir: 1.º Que la ayuda que la Alemania de Hitler prestó al bando nacionalista durante la Guerra Civil, sobre todo en el terreno militar, fue un elemento que contribuyó decisivamente al triunfo del ejército rebelde. 2.° Que el Gobierno de Franco pagó, hasta donde pudo, la deuda contraída con Alemania. 3.° Que, en todo caso, el general Franco y su Gobierno salvaguardaron la integridad presente y futura del territorio nacional, sin constituir hipotecas limitativas de la capacidad de decisión o de la libertad de maniobra.

V. Legion condor

Aleixandre y Merlo, Vicente (1898-1984)

Poeta sevillano, perteneciente a la llamada "generación del 27", que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1933. Aunque no militaba en ningún partido político, al estallar la Guerra Civil prestó apoyo a la causa republicana, suscribiendo, en unión a otros escritores, dos manifiestos de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, uno de ellos en protesta por los bombardeos de los que era víctima Madrid y el otro estimulando a la población civil a la resistencia. 

Colaboró con la revista El Mono Azul, donde publicó entre otros trabajos, el "Romance del fusilado" y "El miliciano desconocido". Al terminar la contienda optó por quedarse en Madrid, adoptando una actitud de silencio total, de "exilio interior", como él mismo la calificó, prohibiéndose durante alguno años, por la autoridades vencedoras, la circulación pública de sus obras.

En 1962 protestó públicamente -en unión con otros intelectuales- contra los métodos "represivos y autoritarios" que entonces imperaban en el país. Fue autor de entre otros libros de Espadas contra labios, Pasión en la tierra, La destrucción o el amor, Sombra del Paraíso, Historia del corazón, etc.

V. Intelectuales antifascistas, manifiesto de los (zona republicana)

viernes, 1 de agosto de 2014

Aldasoro, Galarza, Ramón María (1987-1952)

Abogado y político vasco, afiliado a Izquierda Repubicana, que al advenir la República fue gobernador civil de Guipuzcoa y, poco después, diputado y secretario de las Cortes Constituyentes.

Aldasoro fue uno de los líderes republicanos vascos que participaron en el Pacto de San Sebastián. A consecuencia del levantamiento republicano del mes de diciembre de 1930 fue detenido y encarcelado en Madrid. En marzo de 1931 participó en la fundación de la Agrupación al Servicio de la República en Vizcaya. Nombrado gobernador civil de Guipúzcoa por las nuevas autoridades republicanas el 17 de abril de 1931, impulsó, en los tres meses que estuvo en el puesto, importantes decisiones, como el nombramiento de la Comisión Gestora de la Diputación Foral o la detención del dirigente comunista (después compañero suyo en el Gobierno Vasco) Juan Astigarrabía.

Militó en esta época en diferentes organizaciones políticas: primero en el Partido Republicano Autónomo, más tarde en el Partido Republicano Radical Socialista y por último en Izquierda Republicana, la formación de Manuel Azaña. En las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931 fue elegido diputado por Vizcaya por la candidatura Republicano-Socialista. Fue nombrado secretario de las Cortes y recibió el Estatuto de Autonomía redactado por la Sociedad de Estudios Vascos llamado Estatuto de Estella. En 1932 participó en la Asamblea de Pamplona que se reunió para impulsar la aprobación de Estatuto de Autonomía Vasco-Navarro, llamado Estatuto de las Gestoras. En la citada reunión Aldasoro defendió la incorporación de Navarra a la autonomía vasca.

Su papel durante el alzamiento fue crucial al presionar al gobernador civil de Vizcaya, Echevarría Novoa e impedir que se cumplieran las órdenes del General Mola instando de unirse a la rebelión. Será el hombre fuerte de Comisariado de Defensa de Vizcaya, un organismo anterior a la creación de la Junta de Defensa de Vizcaya, que tenía como propósito impedir el levantamiento en Vizcaya y combatirlo. El 12 de agosto de 1936 será nombrado director general de Harinas, Trigos y Comestibles.

Tras la aprobación del Estatuto Vasco el 1 de octubre de 1936 y la inmediata formación del Gobierno de Euzkadi,  Aldasoro fue nombrado Consejero de Comercio y Abastecimiento en representación de  Izquierda Republicana. Al frente de esta consejería trabajó por impedir el desabastecimiento que sufría una Vizcaya aislada. Ello sería posible gracias al apoyo del comercio con el Reino Unido y la apertura de diversas delegaciones comerciales, tanto dentro como fuera de España. Fue comisionado junto con el diputado Picavea por la "Junta de Defensa de Vizcaya" para conseguir armas y material de guerra para el ejército vasco. 

Durante este periodo ejercerá también como abogado de algunos personajes célebres como Guillermo Wakkonigg Hummer, Cónsul Austriaco, detenido y fusilado durante la Guerra, como organizador de una red de evasión al servicio de los sublevados.

Tras la caída de Bilbao, Aldasoro siguió trabajando como consejero a las órdenes del lehendakari Aguirre. Su fidelidad a este le costó la ruptura con destacados miembros de Izquierda Republicana, que le achacaban su entrega al PNV, lo que le costó su expulsión del partido en noviembre de 1937. Aldasoro presentó inmediatamente su dimisión al lehendakari, que sin embargo no la aceptó. A pesar de que Aldasoro representaba al republicanismo, su deriva ideológica le llevó hacia el nacionalismo vasco y a su plena identificación personal y política con el lehendakari Aguirre, por ello, permaneció en el Gobierno de Euzkadi a título personal, vinculado más estrechamente a Aguirre y al PNV. Tras la caída de Vizcaya, José Antonio Aguirre le envió a Buenos Aires como delegado con el fin de trabajar a favor de los vascos emigrados a Argentina, especialmente para los niños refugiados. Estas gestiones dieron lugar a la creación en agosto de 1939 del Comité Pro-Inmigración Vasca. 

El 11 de julio de 1940, ante la desaparición en la Europa ocupada por los nazis del lehendakari Aguirre, Manuel de Irujo formó el Consejo Nacional de Euskadi. La creación de este órgano, de carácter nacionalista vasco y no autonómico, levantará importantes recelos en el resto de partidos del Gobierno Vasco no nacionalistas. En él se integrará Aldasoro. Del mismo modo, desde Buenos Aires Aldasoro participará activamente con la revista Galeuzca, colaborando con nacionalistas catalanes y gallegos en el exilio. Además participará en otro tipo de actos impartiendo conferencias.

Fallecerá repentinamente de infarto en Cuba el 2 de febrero de 1952. Fue enterrado en una tumba anónima del Panteón Laurac-Bat de la Asociación Vasco-Navarra de Beneficencia del Cementerio de Colón. Su puesto de consejero fue ocupado por su correligionario Ambrosio Garbisu.

Alcubilla Pérez, Anntonio

V. Gerona, alzamiento en.